Una amiga ecologista me hablaba maravillas de los secadores de aire que han sido instalados en distintos baños públicos y que siempre evito si hay toallas de papel a la mano.
- ¿Sabes las toneladas y toneladas de toallas de papel que pueden dejar de usarse gracias a estos secadores?
- Pues deben ser muchas, yo creo que...
- ¡Son miles! ¡Miles, Agus! ¿Y sabes cuántos árboles se han salvado gracias a ello?
- Pues supongo que...
- ¡También son miles! Y todo gracias a este simple invento que toma el aire del ambiente para secarte las manos. No sé por qué insistes en contaminar.
- A ver, espérame. Acabas de reconocer que esas cosas toman el aire del ambiente, o sea, si entras a un baño apestoso entonces te seca con...
- ¡Ay, Agus, mejor cállate! No tiene caso discutirlo ¿Ok?
- Pues deben ser muchas, yo creo que...
- ¡Son miles! ¡Miles, Agus! ¿Y sabes cuántos árboles se han salvado gracias a ello?
- Pues supongo que...
- ¡También son miles! Y todo gracias a este simple invento que toma el aire del ambiente para secarte las manos. No sé por qué insistes en contaminar.
- A ver, espérame. Acabas de reconocer que esas cosas toman el aire del ambiente, o sea, si entras a un baño apestoso entonces te seca con...
- ¡Ay, Agus, mejor cállate! No tiene caso discutirlo ¿Ok?
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