- Papá, papá, un gatito está rascando la puerta y quiere entrar, ¿lo dejamos pasar?
- No.
- Pero es que está muy bonito, y bien chiquitito.
- No.
- Es que deberías verlo, es todo blanco y con una mancha café en la mitad de su carita... ¡Ándale, Ándale! Deja que nos quedemos con él.
- Que no.
- ¡Porfis, porfis! Está perdido y tiene hambre.
- ¡DIJE QUE NOOOOOO!
... ...
Más tarde, mientras caminábamos por la calle, mi hijo adopta un tono de tiranetas que no me gustó nada.
- Papá ¿Alguna vez te has sentido como un tonto por haber dejado pasar una gran oportunidad?
- No, nunca, por qué
- Mira- y señala un aviso pegado en el poste:
"Recompensa 5,000.00 a quien ayude a "bolita" a regresar a casa", junto a una foto del gatito blanco con mancha café en la cara.
- ¿Por qué cada año dices odiar más y más el 14 de febrero?
- Porque me recuerda uno de mis más grandes aprendizajes
- ¿Cuál?
- Que mientras más grande eres te resulta más fácil saber cuando alguien está mintiendo, quizás porque la habilidad de la otra persona para mentir va a la baja.
-¿Puedes comprobarlo?
- Claro, hace muchos años conocí a alguien que mentía de manera muy absurda, y yo lo sabía.
- ¿Y qué pasó?
- Previo al 14 de febrero se fue con otro, como era de esperarse, pero después de un tiempo volvió, y entonces...
- ¿Qué?
- Me volvió a mentir, por supuesto, y se volvió a ir con otro, también en febrero, pero esa vez me resultó más fácil saber que mentía, ja ja ja, porque yo ya tenía más colmillo.
- ¿Y ya?
- ¡No, regresó una vez más, pero esta vez sus mentiras eran verdaderamente tontas e inverosímiles de tan absurdas! Desde el primer momento supe que...
- Sí, sí, sí... Supiste que te engañaría y se iría con otro.
- !Claro! ¿Lo ves? ¡Conforme pasan los años soy un mejor detector de mentiras!
- ¿Alguna vez se lo dijiste? ¿Le pediste alguna explicación de por qué mentía de esa manera?
- No, la verdad nunca se me ocurrió, ¿por qué?
- Bueno, no estás para saberlo, pero hace algún tiempo una amiga que estudió contigo me platicó lo fácil que había sido engañar su novio ¡Tres veces!... ¡El tipo era tan bruto que se tragaba las mentiras más increíbles!
- Porque me recuerda uno de mis más grandes aprendizajes
- ¿Cuál?
- Que mientras más grande eres te resulta más fácil saber cuando alguien está mintiendo, quizás porque la habilidad de la otra persona para mentir va a la baja.
-¿Puedes comprobarlo?
- Claro, hace muchos años conocí a alguien que mentía de manera muy absurda, y yo lo sabía.
- ¿Y qué pasó?
- Previo al 14 de febrero se fue con otro, como era de esperarse, pero después de un tiempo volvió, y entonces...
- ¿Qué?
- Me volvió a mentir, por supuesto, y se volvió a ir con otro, también en febrero, pero esa vez me resultó más fácil saber que mentía, ja ja ja, porque yo ya tenía más colmillo.
- ¿Y ya?
- ¡No, regresó una vez más, pero esta vez sus mentiras eran verdaderamente tontas e inverosímiles de tan absurdas! Desde el primer momento supe que...
- Sí, sí, sí... Supiste que te engañaría y se iría con otro.
- !Claro! ¿Lo ves? ¡Conforme pasan los años soy un mejor detector de mentiras!
- ¿Alguna vez se lo dijiste? ¿Le pediste alguna explicación de por qué mentía de esa manera?
- No, la verdad nunca se me ocurrió, ¿por qué?
- Bueno, no estás para saberlo, pero hace algún tiempo una amiga que estudió contigo me platicó lo fácil que había sido engañar su novio ¡Tres veces!... ¡El tipo era tan bruto que se tragaba las mentiras más increíbles!