lunes, enero 21, 2013

Antinavideños timados

Fuimos varios los que odiamos los adornos de fieltro, la diamantina, la escarcha y la invasión de renos, santas y monos de nieve. Resistimos con firmeza los embates de la artificial y decembrina buena voluntad. No repartimos abrazos hipócritas (los pocos que dimos fueron sinceros) ni abaratamos los buenos deseos dedicándoselos a quienes no queremos que les sucedan cosas buenas. No cantamos para acostar al niño ni fuimos a posada alguna. Si acaso nuestra única debilidad haya sido sucumbir ante un buen trozo de rosca de reyes (y en castigo nos tocó el muñequito). Por todo lo anterior, pregunto con los brazos abiertos al cielo y a nombre de todos los antinavideños:

¡¿Dónde está el oro y la plata que recibiríamos quienes no quisimos romper la piñata?!

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