miércoles, diciembre 12, 2012

Promesa rota

Durante la comida, mi madre nos daba un sermón sobre el respeto y nos hacía prometerle que nunca volveríamos a burlarnos del nombre de una persona, pues mis hermanas y yo nos habíamos portado muy mal con un niño.
- Está bien, ma. No volveremos a hacerlo- y seguimos comiendo cabizbajos.
En eso, llaman a la puerta y me pide que vaya a atender.
- Buenas tardes- Me dice un señor- ¿Está la maestra Tere en casa?
- Si, aquí está, ¿quién la busca?
- El maestro Paraíso Sinfonía, servidor.
-PFFF....

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